sábado, 10 de enero de 2009

Equilibrio e Imagen

Cuando busco equilibrio en una imagen, no puedo dejar en el olvido la percepción de quien la observa, que puede ser más sensible a unos estímulos que a otros y otorgar diferente nivel de importancia al peso de la masa de cada elemento que la compone.

Fundamentalmente utilizo el criterio de la regla de los tercios, es decir, mentalmente divido el formato trazando dos líneas en sentido horizontal y otras dos en vertical, colocando los elementos en los tercios superiores e inferiores, o derecha e izquierda. Teniendo en cuenta la distribución de peso de las masas que configuran la escena, y en ocasiones con la aplicación de la simetría.


El haber utilizado una distancia focal de 200 mm. para la toma de esta fotografía, hace que la perspectiva se comprima y situé el tamaño de la pirámide a un nivel similar al del dromedario y su jinete. Siendo estos últimos el contrapunto de la escena.



Al hacer un encuadre centrado con las lámparas del techo y la de pie, en línea con los rombos negros. Trazo una línea imaginaria que divide la escena verticalmente y mantengo un equilibrio con el reparto de su masa a ambos lados.



Las huellas dejadas sobre la nieve contribuyen a equilibrar el “peso” del pequeño arbusto que sobresale de la misma.



Con la puerta en primer término y los reflejos en el suelo de la luz que procede de las ventanas, oriento la mirada hacia la parte central de la escena, donde ese trono “sin rey” es el tema principal de la misma. Formando todo el conjunto un equilibrio en la imagen.



En esta composición simétrica, la monotonía que representa la rueda, queda compensada con el ritmo que aportan sus radios repartidos alrededor de su porta eje central.


La posición mitad superior del tema y su reflejo en el agua mitad inferior, permite hacer un reparto vertical de partes iguales. Planteando pocos conflictos y convirtiéndose en una imagen agradable al ser observada.